El Señor Krishna dice: «Sólo sirviéndome con amor y devoción indivisibles puede uno conocerme tal como soy, e igualmente en verdad, verme. Así, y sólo así, se puede penetrar en el misterio de mi Persona.»

En verdad, es para servir a Krishna, Dios, la Persona Suprema, que el ser viviente ha sido creado.

El ser vivo, el alma encarnada en un cuerpo humano, animal y vegetal, pertenece en realidad a la energía interna del Señor Krishna y, por lo tanto, es también idéntico a Él y de la misma naturaleza, pero nunca lo iguala ni lo supera.

Tanto Dios como los demás seres espirituales poseen su propia individualidad. Los seres espirituales distintos de Dios también pueden, con la ayuda de la energía material, ejercer algún poder creativo, pero ninguna de sus creaciones igualará o superará a las del Señor Supremo.

Son sólo las mentes irracionales, insanas e ignorantes las que pretenden ser Uno con Dios, y así se dejan llevar por la energía ilusoria. En su extravío, no tienen otro recurso que reconocer la supremacía del Señor y dedicarse voluntariamente a su servicio amoroso, pues para eso han sido creados. Si no vuelven a este deber natural original, el mundo no puede conocer ni la paz ni la tranquilidad.

Los verdaderos devotos de Krishna, Dios, la Persona Suprema, son los verdaderos amigos de todos los seres vivos, seres humanos, animales y plantas. Los aman a todos, sin excepción, con amor incondicional, y se empeñan en protegerlos como Dios manda.

Todos debemos iniciar a los miembros de nuestra familia en la importancia de esta forma pura de vivir sin pecado.