En verdad, nadie puede sentir placer ni obtener cualquier cosa si el Señor no lo consiente. Es Él quien como un padre cumple los deseos de cada uno y entrega los frutos del acto. Tengamos en cuenta que el poder que obtenemos procede de Dios y que no somos más que instrumentos entre sus manos. El mérito del éxito no va al autor del acto sino solo al Señor.

Las diversas formas del Señor.

El Señor le revela a Su devoto la variedad infinita de Sus Formas espirituales, todas idénticas, aunque cada una posee rasgos que le son propios. Algunas de esas Formas tienen la tez oscura, otras, blancas, y otras con tonos rojos o amarillos. Algunas cuentan con cuatro brazos y otras con dos, una se parecerá a un pez y otra a un león. En nombre de Su misericordia, el Señor revela a Sus devotos esos diferentes Cuerpos espirituales, todos con una misma naturaleza absoluta. Tampoco los malos argumentos de los impersonalistas a quienes les gustaría que la Verdad suprema se quedara sin forma tienen ningún interés para un bhakta aunque sea neófito en la práctica del servicio de devoción.

Dios, la Persona Suprema, no podría existir sin forma. Puede ser que en este mundo material Su Forma personal se mantenga oculta para los seres de menos inteligencia; por eso a veces se Le dirá que no tiene forma, pero, en realidad, Él existe por siempre en Su Forma eterna en los planetas Vaikunthas así como en otros planetas en los universos materiales donde Se manifiesta en diferentes avatares.

Todos los seres vivos son creados por el Señor Supremo en función de sus actos pasados y esto es cierto para todos, incluidos Brahma y sus hijos como Daksa, los dirigente periódicos como Vaivasvata Manu, los devas como Indra, Candra y Varuna, los grandes sabios como Bhrgu, Vyasa y Vasistha, los habitantes de Pitrloka y de Siddhaloka, los Caranas, los Gandharvas, los Vidyadharas, los Asuras, los Yaksas, los Kinnaras y los ángeles, las serpientes, los simiescos Kimpurusas, los humanos, los habitantes de Matrloka, los demonios, los Pisacas, los fantasmas, los espíritus, los locos y los espíritus maléficos, las buenas y las malas estrellas, los duendes, los genios, los animales del bosque, las aves, los animales domésticos, los reptiles, las montañas, los seres móviles e inmóviles, los seres nacidos de un embrión, de un huevo, del sudor o de una semilla, así como todas las criaturas que viven en el agua, en la tierra o en el cielo, que conocen la felicidad, el sufrimiento o una mezcla de ambos.

El Señor posee un número ilimitado de Formas eternas.

Y Su Forma nunca deja de existir en los universos que también son innumerables. Él hace que aparezcan o desaparezcan todas Sus Formas o avatars para servir de propósitos especiales, igual que un mago imagina diversas situaciones destinadas a crear diferentes efectos. El Señor dijo: «Los impersonalistas creen que no tengo forma y pretenden que tome prestada Mi Forma presente, la que manifiesto hoy con el único