Yo nunca Me muestro a los necios o a los estúpidos, debido a Mi poder interno, estoy velado para ellos. Este mundo extraviado no Me conoce a Mí, el No Nacido, el Imperecedero.

Porque soy Dios, la Persona Suprema, lo sé todo sobre el pasado, el presente y el futuro. También conozco a todos los seres, pero nadie Me conoce.

Todos los seres nacen en la ilusión, zarandeados por las dualidades del deseo y la aversión. Pero los hombres libres de estas dualidades, los frutos de la ilusión, los hombres que en sus vidas pasadas así como en esta vida fueron virtuosos, los hombres en quienes el pecado ha terminado, estos Me sirven con determinación.

Mediante el servicio devocional, se refugian en Mí, esos hombres inteligentes que se esfuerzan por liberarse de la vejez y la muerte. Verdaderamente, ellos están en el nivel espiritual. Poseen todo el conocimiento de los actos, espirituales o materiales.

Aquel que Me conoce como el Señor Supremo, el principio mismo de la manifestación material, la fuente de los seres celestiales y el Maestro de todos los sacrificios, puede, con una mente fija, incluso en el momento de la muerte, asirme y conocerme todavía.

Cómo alcanzar el Absoluto (Dios)

El Señor Supremo dice:

El ser espiritual imperecedero (el alma) es llamado espiritual. El ser es su naturaleza eterna, y el karma, o acción material, los actos que generan y determinan los cuerpos sucesivos que reviste.

La manifestación material está en permanente mutación, y el universo, con todos sus seres celestiales, constituye la forma universal del Señor Supremo; y Yo soy ese Señor, el Maestro del sacrificio, que como Alma Suprema, mora en el corazón de todo ser encarnado.

Quien, al morir, en el momento mismo de abandonar el cuerpo, se acuerda sólo de Mí, alcanza inmediatamente Mi Morada, no lo dudes.

Pues son los pensamientos, los recuerdos del ser en el momento de abandonar el cuerpo, los que determinan su condición futura.

Así, en Mí, Krishna, en Mi Forma personal, absorbe siempre tus pensamientos. Dedicando tus actos a Mí, volviendo tu mente y tu inteligencia hacia Mí, llegarás indudablemente a Mí.