La glorificación de los actos sublimes de Dios es precisamente el remedio prescrito para los males del nacimiento, la enfermedad, la vejez y la muerte, que afectan a todos los seres condicionados por la materia. El acceso a ese nivel de perfección se identifica con el objetivo de la vida humana y la consecución de la dicha espiritual.
El Señor ha desaparecido de la vista de los seres vivos, pero permanece presente en todos ellos, pues reside en sus corazones como el Alma Suprema, el Espíritu Santo.
Krishna, Dios, la Persona Suprema dice: «¿De qué te sirve conocer Mis innumerables energías y sus diversas acciones?
Penetro en la creación material a través de Mi emanación plenaria [el Alma Suprema, también llamada Espíritu Santo], una mera chispa de Mi Persona, y esto en todos los universos (galaxias) y en todos los elementos contenidos en ellos; así sostengo la obra de la creación».
Las maravillosas maravillas de la naturaleza material tienen todas su origen en Dios, que es la causa final, la Causa última de todas las causas.
El Señor desciende a la tierra por su poder interno, y por él vuelve a partir. Las actividades de Dios se sitúan siempre en el plano espiritual y absoluto, incluso cuando tienen lugar en el universo material. Estas actividades tienen el mismo valor que Su propia Persona. Sin embargo, el cuerpo del Señor y la propia Persona del Señor forman una misma identidad, y cuando Él manifiesta sus actividades también participan en todos los aspectos de esta identidad única.
En verdad, la forma del Señor siendo constantemente absoluta, no es de ninguna manera comparable a la de un alma condicionada por la naturaleza material. El alma condicionada es obligada a aceptar un tipo particular de cuerpo por las autoridades responsables de hacer cumplir las leyes materiales. Cuando el Señor desciende a la tierra, aparece por su propio poder interno. Por lo tanto, la forma del Señor nunca puede consistir en energía material, pues es espiritual, suprema y absoluta.
Con el único propósito de mostrar a todos los espiritualistas el camino hacia los poderes sobrenaturales, Krishna, Dios, la Persona Suprema y Soberana, realiza toda clase de actos maravillosos. En verdad, Él no es otro que el Maestro de la liberación, totalmente inmerso en una dicha espiritual cada vez mayor. Él es la fuente de todas las energías, de todos los poderes, de Él emana todo.
Está constantemente inmerso en el amor absoluto, lo que le confiere automáticamente todos los poderes sobrenaturales, como la capacidad de viajar por el espacio a la velocidad de la mente (nadie puede estimar la velocidad del pensamiento, ya que en un instante puede viajar millones, incluso miles y miles de millones de kilómetros), de aparecer y desaparecer a voluntad, de entrar en los cuerpos de los demás y de ver cosas lejanas.