de Krishna, y sólo de Él, que emana la energía original. Los rayos de la luna, el calor del fuego, el resplandor del sol, el centelleo de las estrellas y los poderosos relámpagos eléctricos, la gravedad de las montañas, la energía de la tierra así como la calidad de su aroma, son todas manifestaciones diferentes de Su Persona. Y también el agua y su sabor puro, y la fuerza vital que sostiene toda la vida: son meros aspectos de Su Gracia.

Aunque el poder de los sentidos, el poder de la mente para pensar, sentir y querer, y el poder, el movimiento y el crecimiento del cuerpo parecen ser el resultado de diferentes movimientos del aire dentro del cuerpo, en realidad sólo son manifestaciones de su energía. La vasta extensión del espacio descansa en Él. Las vibraciones del éter, el trueno, el sonido supremo, el omkara, así como las diversas combinaciones de palabras por las que se distinguen las cosas entre sí, son Sus representaciones simbólicas. En realidad, Él lo es todo. Los sentidos, el Maestro de los sentidos, los seres celestiales, y la adquisición del conocimiento, que es la función de los sentidos, así como el objeto del conocimiento, Él es todo. La resolución de la inteligencia y la memoria penetrante de los seres vivos, Él es. El principio egoísta inherente a la ignorancia, que es el origen de este universo material, y el principio egoísta inherente a la pasión, que es el origen de los sentidos, y el inherente a la virtud, que es el origen de los diversos seres celestiales que actúan como maestros en este mundo, sigue siendo Él. Siempre Él, la energía ilusoria, maya, la causa de la perpetua transmigración del ser condicionado de una forma a otra.

El Señor Krishna, el Supremo Eterno es la Causa original de todas las causas, así como la Tierra es el origen de las diversas especies de árboles, plantas y otras manifestaciones similares. Como la Tierra está representada en todo, Él está presente en toda esta manifestación material en la forma del Alma Suprema. Sí, Él es la Causa Soberana de todas las causas, el Principio Eterno. Todo, en efecto, es una manifestación de su energía única. Las tres gunas, la virtud, la pasión y la ignorancia, así como el resultado de su interacción, están vinculadas a Él a través de su poder interno. No son los llamados independientes, porque toda la energía material descansa en Él, el Alma Suprema. Como causa última de todo, las transformaciones de la manifestación material, el nacimiento, el crecimiento, la estabilización, la reproducción, la decadencia y la destrucción, están ausentes en Él. Su energía suprema adopta mil formas, y precisamente porque representa su energía, está presente en todas partes.

Krishna, el Supremo Eterno dice: «Todo este Universo está impregnado por Mí, en Mi Forma no manifestada. Todos los seres están en Mí, pero Yo no estoy en ellos».

Decir que el Señor no está presente en todas partes es decir que está más allá de todo, aunque su energía actúa en todas partes. Un simple ejemplo nos ayudará a entenderlo. En una gran empresa, la energía o el poder organizador del director general actúa en las estructuras más pequeñas de la operación, pero esto no significa que el propio jefe esté presente en todas partes a la vez, aunque, de nuevo, su