El gran sabio Suta Gosvami había dicho:

«Verdaderamente, a menos que uno acepte los poderes inconcebibles e ilimitados del Señor, nadie puede entender la identidad de Krishna como el Alma Suprema. Mediante sus infinitos poderes, realiza infinitos entretenimientos, que nadie puede describir ni comprender en su totalidad».

«Por favor, entiende que los entretenimientos absolutos de Krishna son todos eternos. Su narración no es una mera narración de hechos históricos; es idéntica a la propia Persona del Señor. Por lo tanto, quien escucha la narración de los Entretenimientos del Señor se purifica inmediatamente de la contaminación de la existencia material. Y los seres puros, por su parte, lo disfrutan como si fuera un néctar vertido en sus oídos».

Sólo aquellos seres que son conscientes de Krishna, Dios, la Persona Soberana, están calificados para regresar a su morada original en el Reino de Dios.

Dios Es, ya que es la fuente de todo lo que existe. Sin Dios, nada existe. Todo lo que existe tiene un origen, y el origen de todo es Dios.

Toda la manifestación cósmica no es más que una combinación de las energías inferiores y superiores, y la fuente de todas estas energías es Dios, la Persona Suprema.

Krishna es el único Señor Soberano. Todos los demás son sus servidores. Todos los seres vivos se dedican, según el deseo del Señor, a diferentes actividades, manifestando así diferentes aptitudes e inclinaciones. Este conocimiento es la enseñanza original de la relación entre el ser individual separado y Dios, la Persona Suprema. El nivel más alto de realización que un ser vivo puede alcanzar es en esta actitud devocional. Nadie puede dedicarse a la vida devocional, a la conciencia de Krishna, a menos que esté completamente libre de contaminaciones materiales. La esencia de todas las escrituras védicas radica en el ofrecimiento de nuestro servicio de amor espiritual al Señor. En el servicio devocional, el sentimiento sirve como intermediario o principio fundamental sobre el que se establece el intercambio de una relación entre el Señor y el ser individual. No debemos perder nuestro tiempo buscando el placer de los sentidos en este mundo, sino esforzarnos por recuperar nuestra posición original en el servicio del amor y la devoción a Dios, la Persona Suprema.

Dios es como un fuego del que surgen chispas, los seres individuales distintos de Krishna, y cuando estas chispas se alejan del fuego, pierden su brillo natural. Así es como los seres vivos llegan a este mundo material como chispas que se desprenden del fuego. El ser separado, queriendo imitar a Krishna, se esfuerza por gobernar la naturaleza material. Se olvida de su posición original, y de su poder iluminador, de su identidad espiritual y se vuelve casi extinto. Sin embargo, si el ser vivo condicionado por la materia adopta la conciencia de Krishna, será restaurado a su posición natural.