El infierno existe; es una región compuesta por miles de planetas infernales.
Enseñanza del Señor Supremo.
El Señor Supremo dice: «Cuando llegó su última hora, vio a los enviados del señor de la muerte acercándose a él, con los ojos llenos de ira. Dominado por el miedo, orina y defeca. Del mismo modo que un criminal es detenido por la policía para que sufra su castigo, el hombre que se ha entregado criminalmente a los placeres de los sentidos es apresado por los Yamaduras (servidores del señor de la muerte y juez de los pecadores), que lo atan por el cuello con fuertes cuerdas y cubren su cuerpo etéreo para hacerle sufrir un severo castigo.»
En el universo material hay tres clases de actividad, regidas respectivamente por la virtud, la pasión y la ignorancia. Así ocurre en todos los planetas de todas las galaxias del cosmos material. Como todos los seres están influidos por estos tres atributos de la naturaleza material, los frutos de sus acciones se dividen igualmente en tres grupos:
El que actúa según la virtud se muestra piadoso y experimenta la felicidad, el que actúa bajo la influencia de la pasión obtiene una mezcla de felicidad y sufrimiento, en cuanto al que actúa bajo la influencia de la ignorancia, es siempre infeliz y vive como un animal.
Según los diversos grados en que los seres son influenciados por los diferentes atributos de la naturaleza material: virtud, pasión o ignorancia, los resultados que obtienen son también de diversa índole.
Así como al realizar varios actos de virtud uno alcanza diferentes niveles de vida edénica, paradisíaca, al actuar de una manera impía, uno se sumerge en diferentes condiciones infernales de vida. Aquellos que están influenciados por la ignorancia se entregan a varios actos pecaminosos y, dependiendo del grado de su ignorancia, tienen que soportar condiciones de vida infernales de diferentes niveles. El que actúa en la ignorancia bajo la influencia de la locura experimentará menos sufrimiento. Quien se dedica a actos pecaminosos sabiendo la diferencia entre la virtud y la impiedad, cae en un infierno de sufrimientos intermedios. En cuanto al que actúa en la ignorancia y en forma impía por su naturaleza atea, ve infligir los peores castigos infernales. Por ignorancia, todo ser vivo ha sido transportado por diversos deseos a miles de diferentes planetas infernales desde tiempos inmemoriales.