La ciencia de Dios, o ciencia de la salvación
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El hombre es ciego y sordo, y lo ignora. Pero espiritualmente hablando, ¿qué significa esto?

Ser ciego y sordo es ser ignorante de Dios como realmente es, de Sus cualidades trascendentales, de Sus glorias, de Sus excelencias y de Su forma primordial, original, infinita y absoluta.

Ser ciego y sordo es ser ignorante de los datos relativos a la verdad existencial y absoluta, del conocimiento divino, de la verdadera palabra de Dios y de Su sublime enseñanza, de la ciencia espiritual pura, del reino del Señor y del universo material.

Ser ciego y sordo es ignorar que cada uno de nosotros es en realidad un alma espiritual inmortal, y que el cuerpo en el que reside es sólo un vestido que se ha puesto.

Ser ciego y sordo es ignorar que nuestros pensamientos, palabras y acciones producen efectos positivos y/o negativos, que a su vez generan y provocan consecuencias buenas y/o malas, que sufriremos al final de nuestra existencia actual, y ciertamente en nuestra próxima vida, en forma de desgracia, sufrimiento o beneficio.

Ser ciego y sordo es ignorar que la muerte, que sólo concierne al cuerpo y no al alma, pone fin a una existencia, pero que otra comienza inmediatamente para el alma espiritual inmortal. Se reencarna en un nuevo cuerpo material y comienza una nueva existencia cuya naturaleza estará determinada por sus pensamientos, palabras y acciones pasadas.

El Señor dice: «Son los pensamientos, los recuerdos del ser en el momento de abandonar el cuerpo los que determinan su condición futura.»

Espiritualmente, ¿qué significa ser «ciego»?

Jesús, el primero, habló de esta ceguera que golpea al hombre hace 2.000 años. Él dijo: «Yo vine a este mundo para juicio, para que los que no ven, vean, y los que ven, se vuelvan ciegos».

A los que le escuchaban y le preguntaban si ellos también eran ciegos, Jesús les respondió: «Si fuerais ciegos, no tendríais pecado. Pero ahora dices: Vemos, entonces tu pecado permanece.»

El hombre es en realidad una trilogía. Es, en verdad, un alma espiritual aprisionada en un cuerpo etéreo, que a su vez está encerrado en un cuerpo de materia densa. Por trilogía debemos entender:

El alma espiritual + el cuerpo etéreo + el cuerpo material denso.

Es el cuerpo de materia grosera, que está en el origen del olvido en que está sumida el alma. Sin saber más quién es ella realmente, ignorando todo sobre su pasado, su última encarnación, incluso todas sus encarnaciones anteriores, ella cree que el mundo material en el que vive es el único que existe, de ahí su propensión a identificarse con su cuerpo material.

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