Cada acto genera por sí mismo un efecto, con lo que se refuerza la cadena material que mantiene a su autor cada vez más prisionero de la materia, y de sufrir por ello.

Esta cadena de acciones y las consecuencias resultantes sólo pueden romperse cuando nos ponemos al servicio de Dios y actuamos para Él.

El Señor aconseja: «entrégate totalmente a Mí y Yo te protegeré de todos los peligros. Nunca más experimentarás los problemas asociados con el nacimiento y la muerte. Por Mi gracia conoceréis la paz absoluta y alcanzaréis Mi morada eterna y suprema. Doy fe y refugio a cualquiera que se rinda a Mí y prometa servirme para siempre, porque tal es Mi naturaleza.

Sólo a través del servicio devocional, y sólo así, uno puede conocerme tal como soy. Y el ser que, a través de tal devoción, tome plena conciencia de Mi Persona, podrá entonces entrar en Mi reino absoluto.

Sólo sirviéndome con amor y devoción indivisos puede uno conocerme tal como soy y verme verdaderamente. Así, y sólo así, se podrá traspasar el misterio de Mi Persona. Podéis proclamarlo con fuerza, Mi devoto nunca perecerá».

El potencia del canto de los Santos Nombres de Dios.

En verdad, la liberación es el retorno del alma espiritual encarnada, una vez que se ha liberado de todas las concepciones materiales de la existencia, a su condición espiritual original y natural. Significa volver a nuestra posición natural original como siervos eternos de Krishna, Dios, la Persona Suprema, que ocupábamos con el Señor al principio de todas las cosas.

La vida humana es precisamente la oportunidad de desarrollar las cualidades necesarias para alcanzar la libertad espiritual. Significa redescubrir nuestra relación original con Dios, Krishna, la de siervo eterno.

El camino hacia la liberación es el cese del ciclo de reencarnaciones repetitivas. Significa escapar de las estrictas leyes de la naturaleza material, que nos obligan a padecer regularmente en cada encarnación los cuatro sufrimientos siguientes: nacimiento, enfermedad, vejez y muerte.

La liberación última significa redescubrir el vínculo personal que nos une eternamente con Krishna, Dios, la Persona Suprema.

El canto de los Santos Nombres de Dios nos libera de todas las amenazas de la existencia material.

La existencia material, la que vivimos en este mundo material, son solo miedos.