Las cualidades correctas, la actitud correcta, el comportamiento idéal
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La protección de los ancianos les da la oportunidad de prepararse para una vida mejor después de la muerte.

Este sistema de protección, que abarca a toda la sociedad, se basa en los rasgos que distinguen una civilización de hombres consumados de una civilización de hombres-animales, incluso refinados. Está estrictamente prohibido matar a un erudito sabio, una vaca, una mujer, un niño o un anciano. Además, la menor ofensa contra ellos tiene el efecto de acortar la existencia de quien la comete.

En la época actual estos principios apenas se observan, de ahí los grandes sufrimientos que padecen los seres humanos. Desde el momento en que la mujer, por no haber sido protegida, se corrompe, nace una descendencia indeseable. En cambio, quien ofende a una mujer casta verá caer sobre él la desgracia, en forma de reducción de la duración de su vida.

Estos son algunos ejemplos de las leyes intransigentes del Señor.

La justicia como debe ser.

La verdadera justicia, aquella de la que Dios es iniciador y propagador, tiene por esencia su naturaleza divina, la ley, la imparcialidad, la equidad, la moral, la virtud, la ética, la armonía y la paz.

Se basa en leyes y mandamientos divinos. Se aplica a todos los seres, sin distinción de color de piel, raza, origen étnico, pueblo, nación, y no hace diferencia entre hombre y mujer, alto y bajo, poderoso y débil.

Hace posible mantener el honor de cada uno, la honestidad, la integridad, el respeto por los demás, la bondad, la compasión, la tolerancia, la benevolencia, la parte reservada para cada uno y la distribución equitativa de la propiedad, los recursos y la tierra. Sanciona la maldad en todas sus formas.

Es porque los hombres ya no respetan a Dios, las leyes divinas, ya no aplican sus deberes espirituales, y la espiritualidad decae, que el desorden, la desgracia, el sufrimiento, el odio, la maldad, las epidemias y la guerra, reinan sobre toda la tierra.

Hasta hace 5.000 años, los hombres amaban y honraban a Dios, respetaban y aplicaban las leyes divinas, los ritos divinos, y daban gloria al Señor de los señores, Kṛiṣhṇa, Dios, la Persona Suprema y Soberana.

En ese momento, el maestro espiritual, la mujer, el niño, el anciano y la vaca estaban protegidos, toda la sociedad obtenía muchos beneficios y vivía en paz. La espiritualidad animaba a toda la humanidad.

Es el modelo que Dios había instituido, es el que todos debemos adoptar y aplicar.

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