La Ciencia Espiritual Pura
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Así, estos crápulas ignoran cómo pasan las cosas realmente, Isvarasya viceshtitam. «Ojo por ojo». Esto tiene que llegar. Si hacemos referencia a las leyes de los hombres, a las de un estado, si alguien ha matado a otra persona debe ser condenado a muerte, ¿cómo cree usted que se puede engañar a la Autoridad Suprema, Krishna, y seguir matando, matando, matando, y salvarse? No. Morirá tras una epidemia, una hambruna. Hasta su propia madre lo matará en su seno (aborto) en el mismo lugar en el que se supone que está seguro, ahí también lo matarán. La sociedad humana está así de degenerada; los asesinatos en masa aumentan día tras día. Isvarasya viceshtitam.

Por eso debemos abandonarnos a Krishna. Sarva-dharman parityajya… [Bg. 18.66]. Porque no se puede estar libre o ser independiente de Krishna. No podemos salir de los límites impuestos por las leyes de Dios. No es posible. Como consecuencia, tenemos que abandonarnos a Dios y ofrecerle esta oración: «Krishna, Dios, he actuado de manera independiente durante muchas vidas. No soy feliz. Ya no soy feliz hoy. Pero, en este momento me abandono a Ti. Usted dice “Yo te protegeré”, le ruego con bondad que me conceda su protección».

Los hombres han creado esta situación. Dicho de otro modo, masacrando a tantos animales han creado un karma tal que, a su vez, deberán ser masacrados (en un campo de batalla). Dejemos inmediatamente de matar seres humanos y animales (terrestres, voladores, que reptan, acuáticos) y tomemos la resolución firme y definitiva de no volver a consumir carne animal. No comamos más carne, pescado ni huevos.

El que mata será matado.

Aquellos cuyo oficio consiste en dar muerte a miles de animales para que otros puedan comprar su carne para comérsela, deben esperarse sufrir la misma suerte que estos animales, vida tras vida. Muchos canallas violan sus propios principios religiosos. Las Escrituras judeo-cristianas dicen claramente: «No matarás». Pero ni los jefes religiosos se libran de asesinar animales bajo diversos pretextos, al tiempo que se hacen pasar por santos. Tal farsa, tal hipocresía engendra en la sociedad innumerables calamidades, de ahí las grandes guerras que estallan periódicamente. Las masacres de estos individuos se afrontan y se matan unos a otros en el campo de batalla. En la actualidad, han inventado la bomba atómica que amenaza con exterminarlos. Chaitanya-charitamrita (Madhya 24.251)

Dios ordenó: «No matarás». El que a espada mata, a espada muere.

Los que se mueven por el odio, esos impíos demoníacos al servicio de Satán que, después de volverle la espalda al Padre Eterno y rechazar sus leyes divinas decidieron verter sangre de inocentes, sufrirán la misma suerte vida tras vida y tendrán que sufrir desde el presente.

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