La ciencia de Dios, o ciencia de la salvación
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En verdad, cuando obtenemos un nuevo cuerpo, esta última adquisición, nos sumerge automáticamente en el olvido de nuestra vida anterior. Ya no sabemos nada sobre nuestro pasado real, ni sobre el cuerpo que teníamos entonces, y por supuesto nuestra verdadera identidad espiritual, eso es lo que realmente es la muerte.

Los cuerpos materiales que nos ponemos son en realidad el producto de nuestras actividades mentales, y ahora no podemos recordar nuestros viejos cuerpos. Por eso nunca debemos hacer daño a ningún ser vivo, ya sea humano, animal o vegetal, y amarnos unos a otros con amor incondicional.

Quien se abandona totalmente a Dios y lo sirve con amor y devoción, encuentra su cuerpo espiritual y luego entra en la vida eterna.

Cuando un alma encarnada corta el nudo de su apego al universo material, su realización corresponde al conocimiento puro. Es la visión que este conocimiento nos da de nosotros mismos. Así, cuando nos liberamos del ego falso a través del desarrollo del verdadero conocimiento, podemos vernos tal como somos, lo cual para la entidad espiritual encarnada es la necesidad primordial de la existencia. Así es la autorrevelación.

El Señor Krishna nos habla del alma inmortal y pura.

Sabed que lo que penetra en todo el cuerpo no puede ser aniquilado. Nadie puede destruir el alma imperecedera.

El alma es indestructible, eterna y sin medida. Solo los cuerpos materiales que toma prestados están sujetos a destrucción (muerte).

Ignorante, el que cree que el alma puede matar o morir. El sabio sabe muy bien que ni mata ni muere.

El alma no conoce ni el nacimiento ni la muerte. Viva, nunca dejará de estar. No nacido, inmortal, original, eterno, nunca tuvo un principio y nunca tendrá un final. No muere con el cuerpo.

En el momento de la muerte el alma se reviste de un cuerpo nuevo, el viejo se vuelve inútil, así como se desechan las ropas gastadas para ponerse nuevas.

Ningún arma puede partir el alma, ni el fuego quemarla. El agua no puede mojarlo, ni el viento secarlo.

El alma es indivisible e insoluble. El fuego no lo alcanza, no se puede secar. Es inmortal y eterna, omnipresente (en el cuerpo), inalterable y fija.

Se dice del alma que es invisible, inconcebible e inmutable. Sabiendo esto, no debes llorar por el cuerpo.

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