Palabras de sabiduria, la sabiduria de Dios
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En verdad, y lo vemos constantemente, la concepción corporal de la existencia basada en el cuerpo y no en el alma, que une los cuerpos entre sí, causa la esclavitud a la materia, mientras que las basadas en el alma traen la liberación, la salvación.

Las relaciones de alma a alma se establecen a partir del vínculo entre cada individuo y el Alma Suprema, Dios. Esta es la perfección de la existencia.

Este es el secreto para entrar en el reino de Dios.

Quienquiera que dé estos cuatro pasos preliminares a la realización de la conciencia de Dios: cultivar una disciplina moral pura, volverse no violento, reconocer la supremacía de Dios y preservar la vida no arrebatándosela a los seres humanos, los animales terrestres y acuáticos y las plantas, alcanza el estado de iluminación y se acerca a Dios.

Es imposible que entre en el reino de Dios quien derrama sangre de seres humanos, animales terrestres y acuáticos y destruye las plantas. Es imposible que alguien que come carne, pescado y huevos se acerque a Dios.

Bienaventurados aquellos que saben que el Señor guía personalmente a Su devoto puro por el camino de la realización espiritual, debido a su compromiso constante en el servicio de amor y devoción que Le ofrecen, y por el afecto espontáneo que sienten hacia el Señor.

Tener conciencia de Dios, amarle, obedecerle, complacerse en hacer su divina voluntad y servirle con amor y devoción, es el secreto para entrar en el reino de Dios. Los que están allí sienten un inmenso placer ofreciéndole canciones maravillosas, jugando con Él, cantando con Él, oyéndole tocar bellamente su sublime flauta y bailando al son melodioso que emana de ella por toda la eternidad.

Aprender a conocer a Dios como realmente es, a amarlo, a obedecerlo y a servirlo con amor y devoción, permite purificar el propio ser y, por la gracia del Señor, ver desaparecer la ignorancia de los datos relativos a la verdad absoluta, el sufrimiento, la muerte y la aparición de la vida eterna.

Amar a Dios, renovar el vínculo que nos une a Él, vincular nuestros deseos e intereses a los suyos, entregarnos totalmente a Él y servirle con amor y devoción, son las claves para entrar en el reino infinito, absoluto y eterno de Dios.

Hagamos lo que hagamos, si por diversas razones tenemos que hacer un alto en el camino, ningún esfuerzo es en vano. Cualquier beneficio obtenido se adquiere para siempre.

El Señor dice a este efecto: Quien camina por la senda del servicio devocional, ningún esfuerzo es en vano, ningún beneficio obtenido se pierde jamás. El paso más pequeño nos libera del miedo más espantoso.

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