Palabras de sabiduria, la sabiduria de Dios
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Logos 197

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El abandono del cuerpo se llama muerte, y la aceptación de un nuevo cuerpo no es más que el renacimiento. La muerte significa poner fin a una existencia y proceder al cambio de cuerpo, para comenzar una nueva vida.

En realidad, es una autoridad designada por Dios la que decide qué nuevo cuerpo se nos dará. Cuando el cuerpo deja de funcionar, el alma tiene que tomar otro cuerpo, a veces de una especie diferente. La vida humana es una oportunidad para buscar refugio con un genuino maestro espiritual que es un verdadero servidor de Dios y, a través de él, con el Señor Supremo. Nadie puede evitar esta lucha por la existencia con todos los sufrimientos que conlleva, a menos que uno se apoye en un devoto puro del Señor. Todos los esfuerzos materiales sólo pueden modificar superficialmente nuestra condición, sin poder nunca liberarnos verdaderamente de la lucha por la existencia. Nuestro único recurso es acudir a un genuino maestro espiritual, que nos revele a Dios tal y como es, nos imparta el conocimiento de Dios, nos muestre el camino que lleva al Señor Supremo y nos lleve de la muerte a la vida eterna.

Podemos obtener un cuerpo espiritual por el cual podemos dejar este mundo y entrar en el reino de Dios, entregándonos al Señor Supremo, haciendo Su voluntad y sirviéndole con amor y devoción, terminando así el renacimiento en este mundo material.

Esta es la mayor ganancia.


Logos 198

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La rueda de la existencia material.

La mente material que cubre el alma la arrastra de una forma de vida a otra. Esto se llama la rueda de la existencia material. Debido a su mente, el alma experimenta infelicidad o felicidad material. Engañada de esta manera, la mente la incita a nuevos actos virtuosos e impíos con sus consecuencias [karma], y el alma queda así condicionada.

Las actividades de la mente bajo la influencia de la naturaleza material causan felicidad e infelicidad en este mundo. Cegada por la ilusión, el alma individual distinta de Dios continúa eternamente su existencia condicionada bajo diferentes nombres. A estos seres se les llama eternamente condicionados. En resumen, la mente es el origen de la existencia condicionada. Por eso la práctica del servicio devocional tiene como objetivo asegurar el control sobre la mente y los sentidos. Una vez que se domina la mente, se dominan automáticamente los sentidos, y el alma se salva de las consecuencias de la acción virtuosa o impía.

Si la mente se vuelve hacia Dios, los sentidos se emplean automáticamente en Su servicio; y cuando la mente y los sentidos se absorben en el servicio devocional, el ser individual se vuelve naturalmente consciente de Dios. La mente, debido a su gran poder, cubre el alma y la sumerge en las olas de la existencia material. La mente es lo que causa el aspecto corporal, la esclavitud y la liberación.

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