Palabras de sabiduria, la sabiduria de Dios
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Logos 192

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No hay necesidad de una gran riqueza, una vasta erudición o cualquier otro bien especial para satisfacer a Dios, la Persona Suprema.

El Señor dice: «Que uno me ofrezca con amor y devoción una hoja, una flor, una fruta, un poco de agua, esta ofrenda la aceptaré».

Aquel que está movido por el amor a Dios y lo expresa puede ofrecer sólo una flor y un poco de agua en la palma de su mano al Señor sirviéndole con amor y devoción, para satisfacerle. Sólo a través del servicio devocional se puede satisfacer al Señor Supremo. El Señor Krishna, Dios, la Persona Suprema, que tiene un gran afecto por Sus devotos, se entrega en persona a Su santa sierva (A Su santa doncella) que le ofrece incluso una hoja de tulasi y un poco de agua en la palma de la mano. Es tal la misericordia sin paliativos del Señor para con Sus devotos, que incluso el más pobre de los hombres puede satisfacerle ofreciéndole devotamente un poco de agua y una flor, y esto se debe a que Su trato con Sus devotos está impregnado de afecto.

El Señor es autosuficiente, y no necesita nada que podamos ofrecerle. Sin embargo, si le ofrecemos un poco de agua, una flor y una hoja de tulasi, Él las aceptará. El servicio devocional es lo más importante para satisfacer al Señor Supremo.


Logos 193

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Debemos obedecer la voluntad del Ser Supremo y Absoluto, Dios, pues nadie puede escapar a su mandato y deseo.

El Señor dice: «A los que siempre Me sirven con amor y devoción, les doy la inteligencia por la que pueden llegar a Mí».

El siervo de Dios nunca realiza nada sin el permiso del Señor Supremo. Nadie puede desobedecer las órdenes del Señor Supremo, aunque tenga un gran poder, no está en su poder desobedecer las órdenes del Señor Soberano. Nadie puede anular la voluntad de Dios, la Persona Suprema, ni puede recurrir a los poderes conferidos por la práctica de la religión, su riqueza material o cualquier otro medio, por sí mismo o con la ayuda de otros, para desafiar las órdenes del Señor Soberano. Desde Brahma el demiurgo hasta la hormiga, ningún ser viviente tiene el poder. Todo está bajo el dominio de Dios, la Persona Suprema. Todos los seres, independientemente de su posición, le deben obediencia. Nadie puede escapar a las leyes e instrucciones del Señor Soberano, ya sea mediante poderes sobrenaturales, conocimientos científicos, austeridades o penitencias. Es simplemente imposible.

En verdad, todo está destinado al placer del Señor Soberano. Dios, la Persona Suprema, es el Maestro Absoluto, y todo existe sólo para Su placer, por lo que todo debe armonizar con Su placer y servicio. Sean cuales sean las circunstancias, favorables o desfavorables, uno debe utilizar todo para servir al Señor Supremo. Así es como uno puede hacer un uso perfecto de su inteligencia.

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