Palabras de Dios
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El Señor dice:

La verdadera actividad de los órganos de los sentidos, ya sea la mente, el ojo, la lengua o cualquier otro órgano de percepción o acción, consiste en servirme plenamente. A menos que el alma condicionada utilice sus sentidos de esta manera, no puede ni siquiera pensar en escapar del terrible engranaje de la existencia material, que es tan poderoso como la rígida cuerda de Yamaraja [el señor de la muerte y juez de los culpables].

El alma es indivisible e insoluble. El fuego no lo alcanza, no se puede secar. Es inmortal y eterno, omnipresente, inalterable y fijo.

Sin Krishna, Dios, la Persona Suprema, el ser vivo no es nada y no puede hacer nada. No puede ver, oír, oler, sentir por el tacto, saborear o actuar sin el principio activo, que es Dios mismo.

El Supremo Eterno, Krishna, reside en el corazón de todos los cuerpos materiales de los seres celestiales, los seres humanos, los animales y las plantas, y mantiene activos todos estos cuerpos materiales inertes. Por eso todos estos cuerpos móviles e inmóviles son templos de Dios. Nadie debe destruir ninguno de estos cuerpos, pues eso es llegar al alma espiritual individual y al Alma Suprema, Dios.

El cuerpo tiene cinco órganos de percepción, cinco órganos de acción y la mente, pero en realidad es sólo materia inerte. Debido a que sólo es una masa de materia, el cerebro no tiene poder para actuar por sí mismo, sólo puede funcionar cuando se le suministra la energía del Señor Supremo. Así es como podemos entender que Krishna, Dios, está presente en todas partes. Sólo él dirige los sentidos. Por lo tanto, a menos que estemos facultados por Su energía, nuestros sentidos no pueden actuar. En otras palabras, sólo Él ve, sólo Él actúa, sólo Él escucha, etc. Él es el único principio activo, el Maestro Supremo.

El alma es fija, no se mueve. En verdad, el alma no se mueve, sino a través de sus dos cuerpos, uno de materia densa y el otro etéreo. El ser vivo, la entidad espiritual, no nace ni muere, pero debido a los dos cuerpos, uno etéreo y otro de materia densa, que lo recubren temporalmente, puede trasladarse de un lugar a otro, o morir y desaparecer para siempre. Es muy importante comprender que el alma espiritual es fija y cómo es llevada por las olas de la naturaleza material a diferentes cuerpos y situaciones, zarandeada por el deseo y la aflicción. El ser humano puede decir que su vida es un éxito cuando conoce la naturaleza original y eterna de su ser espiritual, y cuando ya no está preocupado por las condiciones creadas por la naturaleza material.

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