La Ciencia Espiritual Pura
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grado de ignorancia que se haya desarrollado en él. En este versículo, la palabra tamasah tiene un sentido intenso: designa a los que permanecen siempre bajo el control de la ignorancia, sin elevarse nunca a un guna superior. Su futuro es solo tinieblas. Es una senda que puede llevar a la virtud a los hombres que gobiernan la pasión y la ignorancia, y esta senda se llama «la consciencia de Krishna». El que la rechace deberá quedarse estancado en los gunas inferiores.

La calidad de nuestra consciencia a la hora de la muerte determina nuestro próximo destino. El contenido de nuestros pensamientos y recuerdos a la hora de la muerte está influenciado a su vez por todos nuestros actos y nuestra consciencia en esta vida. Pensemos constantemente en Dios, incluyámosle en nuestra mente para podremos alcanzarlo y, después de abandonar nuestro cuerpo, reunirnos con él en su reino absoluto.

El beneficio final: el amor a Dios.

El objetivo último y el fruto supremo del canto o la reencarnación del maha-mantra consisten en darse cuenta perfectamente de quién es Dios y desarrollar el amor por Él.

Cuanto más se purifica nuestra consciencia, más se reflejará nuestro progreso espiritual constante en nuestra conducta. En cuanto el sol despunta en el horizonte, un calor y una luz en continuo crecimiento lo acompañan. Al mismo tiempo, mientras la existencia del Santo Nombre de Krishna se despierta en el corazón, esta consciencia espiritual creciente se manifiesta en todas las facetas de nuestra personalidad. Finalmente, se restablece el enlace de amor eterno que une a Dios con el ser vivo. Antes de descender al universo espiritual, cada alma goza de una relación espiritual única con el Señor. Este vínculo de amor supera mil veces en su intensidad todo amor material. El Chaitanya-charitamrita (Madhya 22.107) lo describe así: «El puro amor por Krishna existe desde tiempos inmemorables en el corazón de los seres. No se puede extraer más que de un ser. Y cuando el corazón se purifica con el canto y escuchando las glorias del Señor, el ser despierta de forma natural».

Nuestra condición natural y eterna en el mundo espiritual nos concede vivir en la presencia íntima de Dios y servirlo con amor y devoción. El puro devoto que siente un afecto espiritual semejante por el Señor se baña en el éxtasis transcendental que describe así el Néctar de la Devoción: «Es entonces cuando el corazón se vuelve resplandeciente como un sol radiante. Ninguna nube puede cubrir el sol que sube tan alto en el espacio; además, cuando el devoto se vuelve tan puro como el sol, de su corazón brotan rayos de amor extático, más deslumbrantes aún que los del sol».

Usted obtiene el cuerpo de su elección

La propia alma distinta crea su cuerpo según sus deseos personales, la energía externa del Señor no hace más que proporcionarle la envoltura material que le

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