Palabras de sabiduria, la sabiduria de Dios
Página 83 de 671

Logos 15

Ir a la tabla de logos


Todas las especies vivas se enfrentan a una dura lucha por la supervivencia. Por naturaleza, el alma es eterna, pero aprisionada en la materia, debe pasar inevitablemente de un cuerpo a otro. Esta transmigración o reencarnación del alma es la consecuencia de «estar encadenada a sus propios actos».

Según las leyes de la naturaleza derivadas de las leyes divinas, todos debemos trabajar para vivir, pero si lo hacemos sin tener en cuenta los deberes inherentes a la forma humana, transgredimos estas leyes, con el efecto de sumergirnos aún más en el ciclo de muerte y renacimiento. Todas las especies vivientes (humana, animal, vegetal) están sujetas a estas muertes y nacimientos repetidos, pero el ser espiritual que obtiene una forma humana puede escapar a la ley del karma. Karma: Ley de la naturaleza según la cual toda acción material, ya sea buena o mala, tiene necesariamente consecuencias, cuyo efecto es atar a quien la realiza cada vez más a la existencia material y al ciclo de muerte y renacimiento. El hombre inteligente elegirá el camino que le permita deshacer las ataduras por las que está sujeto en el mundo material. La mayoría de las personas desean realizar actos meritorios para obtener el reconocimiento de su virtud, para mejorar sus condiciones de vida en este mundo o para alcanzar los planetas celestiales. Pero el hombre más evolucionado, el hombre inteligente, desea liberarse tanto de las acciones mismas como de sus consecuencias, pues sabe muy bien que, buenas o malas, son también fuentes de sufrimiento.

Entregarse a Dios, y servirle con amor y devoción, nos permite romper las cadenas que nos mantienen cautivos de la materia y poner fin al ciclo de muertes y renacimientos repetidos. Entonces podremos volver a Dios en su reino eterno, pasando así de la muerte a la vida eterna.

Facebook

VISITANTES

3924814

Visitantes en línea

3924814





Visitantes por país