Palabras de sabiduria, la sabiduria de Dios
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Logos 151

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El Señor dice: «A los que siempre me sirven y adoran con amor y devoción, les doy la inteligencia por la que pueden llegar a Mí».

El servicio de amor y devoción ofrecido al Señor se caracteriza por el hecho de que el ser santo, el que lo practica, debe estar libre de toda forma de contaminación y de deseo material. Esta liberación es la renuncia a todo deseo material. Aquel que se absorbe en el servicio de amor y devoción ofrecido al Señor siguiendo los principios reguladores que lo rigen, se libera naturalmente de todo deseo material, y es cuando se alcanza este nivel que se puede realizar al Señor Supremo. La Persona Divina en el corazón de cada ser instruye a su devoto en asuntos relacionados con el servicio devocional puro, para que finalmente pueda obtener Su compañía.

La mente debe ser dominada, y esto puede lograrse observando ritos espirituales y realizando diversas formas de sacrificio. El objetivo final de todas estas prácticas es alcanzar el servicio devocional al Señor. Sin el servicio devocional, nadie puede conocer a la Persona Soberana, Krishna.


Logos 152

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El Señor dice: «Una vez que te liberes del concepto de cuerpos materiales y etéreos, y tus sentidos estén libres de toda influencia de gunas (atributos de la naturaleza material) tendrás, en mi presencia, la realización de tu forma pura. Entonces evolucionarás al nivel de la conciencia pura.»

La ciencia de Dios enseña que una persona cuyo único deseo es servir al Señor con amor absoluto es un ser liberado independientemente de las condiciones de la existencia material. Esta actitud de servicio corresponde a la forma real del ser individual, distinto de Dios. En verdad, la forma real y espiritual del ser separado es ser un sirviente eterno del Señor Supremo. En el mundo espiritual, el servicio al Señor se basa en el amor absoluto. El servicio de amor absoluto no se puede comparar de ninguna manera con el servicio forzado que se encuentra en este mundo. En el mundo material, incluso quien se siente siervo de nadie debe al menos servir a sus sentidos bajo el dictado de las gunas. De hecho, nadie es un maestro en este mundo, y todos los que sirven a sus sentidos tienen una muy mala experiencia de «servicio»; porque es más bien servidumbre. Por eso tiemblan ante la idea de tener que servir, porque no saben nada de la condición espiritual.

En el servicio del amor absoluto, el siervo es tan libre como el amo. Este último es perfectamente independiente, y en el mundo espiritual el siervo también goza de esta cualidad de perfecta independencia, pues no hay servicio forzado. El servicio absoluto sólo surge del amor espontáneo. Un pálido reflejo de tal calidad de servicio se encuentra en el que una madre ofrece a su hijo, un amigo a su amigo, o una esposa a su marido. En efecto, estas tres formas de servicio no se imponen, sino que son impulsadas únicamente por el amor. Pero comprendamos que en este mundo material, incluso el servicio ofrecido con amor es sólo un reflejo distorsionado del que se encuentra en el mundo espiritual, en contacto con el Señor, y que es el verdadero servicio, el servicio vinculado al amor de cada ser. Pero este mismo servicio, impregnado de amor espiritual, puede realizarse aquí en la tierra con devoción.

Servir a Dios con amor y devoción le permite a uno ser consciente de ser un alma o entidad espiritual, y no el cuerpo de la materia.

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